Barrio

B

Silvia C.S.P. Martinson

Traducida al español por Pedro Rivera Jaro
De niña, vivía en un barrio alejado del centro de la ciudad que era la capital del estado.
En realidad era la última calle habitada de ese barrio, que se llamaba Passo de la Areia.
Tomó este nombre porque un poco más lejos, en la antigüedad, fluía allí un arroyo de agua clara, bordeado de arena muy blanca, según me dijeron.
 
Sobre este arroyo se cernía una bellísima leyenda que contaba la historia de una india que perdió al amor de su vida en una disputa con otra, y por sus lágrimas de tristeza nació el arroyo que aún hoy existe. Pero como era tan fuerte y la ciudad había crecido tanto, se canalizó para unir los barrios que se habían expandido.
 
Lo que queda de esta leyenda es la escultura que muestra a Ubirici, la mujer india, llorando.
 
Frente a la estatua había un centro de salud que atendía las necesidades de esa región y al que mis padres me llevaban a menudo.
El tranvía de la época tenía allí su terminal.
 
Para nosotros, los niños, era un placer ir allí y luego volver a casa cruzando un parque arbolado que estaba en medio de unos edificios, si podemos llamarlo así, cuyo nombre es IAPI. Se hicieron varios edificios para alojamiento y destinados a los jubilados asegurados del Instituto de la Seguridad Social. De ahí su nombre IAPI.
Esta plaza dedicada al ocio y a la práctica del deporte se llama Alim Pedro, por lo que recuerdo. Es precioso, tiene una ladera muy arbolada que permitía una agradable sombra para los que quisieran disfrutar de momentos de paz y tranquilidad, y también una buena vista del campo de fútbol que estaba situado más abajo, y donde los fines de semana siempre había un campeonato al que los aficionados también acudían a disfrutar y animar.
 
En uno de los edificios de este gran complejo nació Elis Regina, cantante desde niña, que actuaba en las matinales de los domingos y se hizo famosa por su inolvidable voz y estilo, en todo el país e incluso en el extranjero.
Grabó hermosas canciones y nos dejó con su muerte tristemente prematura, dejándonos con el eterno anhelo de escucharla.
 
En la última calle de la ciudad de Porto Alegre - Rio Grande do Sul - Brasil nací y me crié. Se llamó Dr. Eduardo Chartier en homenaje a un gran médico de antaño.
Allí fui educada junto a mi familia, a la que la música, el teatro y la educación se cultivaba con amor y respeto.
Allí crecí teniendo la costumbre de soñar con los ojos abiertos - en una casa con un gran patio, muchos árboles de diversas frutas y abundantes flores cultivadas por mi madre - por lo que a menudo me llamaba la atención que dijera
- Silvia, ¡deja de soñar y estudia!
 
Tenía razón, en ese momento, por supuesto.
Estudié como ellos querían y me hice abogado a mi costa, trabajando al tiempo que estudiaba. Me gradué con distinción y ejercí mi profesión con dedicación y mucho trabajo.
 
Sin embargo, sigo soñando, imaginando y creando con mil ilusiones mis cuentos, mi poesía y mis personajes.
 
Por eso admiro la Naturaleza, a los hombres en su complejidad, y a la vida en su belleza total.
Así que siempre escribo con mucha pasión.
Quizá lo haga hasta el final, quién lo sabe...
 

Sobre el autor/a

Silvia Cristina Preissler Martinson

Nació en Porto Alegre, es abogada y actualmente vive en El Campello (Alicante, España). Ya ha publicado su poesía en colecciones: VOCES DEL PARTENÓN LITERARIO lV (Editora Revolução Cultural Porto Alegre, 2012), publicación oficial de la Sociedad Partenón Literario, asociación a la que pertenece, en ESCRITOS IV, publicación oficial de la Academia de Letras de Porto Alegre en colaboración con el Club Literario Jardim Ipiranga (colección) que reúne a varios autores; Escritos IV ( Edicões Caravela Porto Alegre, 2011); Escritos 5 (Editora IPSDP, 2013) y en español Versos en el Aire (Editora Diversidad Literaria, 2022).
En 2023 publica, mano a mano con el escritor Pedro Rivera Jaro, en español y en portugués, el libro Cuatro Esquinas - Quatro Cantos.

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