Silvia C.S.P. Martinson
Han pasado anos, muchos años.
Los hechos suceden y ella vivió .
La vida poniendo a prueba a situaciones que a veces no entendía.
Personas, lugares, amistades, amores transcurieron en un viaje frenético de días, meses y años,en momentos de sentimientos intensos que parpadearon y luego desaparecieron.
A veces lloraba, a veces sonreía.
Llegó un momento, como siempre, cuando amaba con tanta intensidad y luego se dio cuenta de cuanto tiempo había pasado y que ahora , tardíamente, excoriaría de sus dedos como arena fina, como agua marina que no retiene ni puede detener.
Asombrado detenido.
Ella pensó… ¿Por qué sucedió todo esto?
Y los hechos volvieran a su memoria. Uno por uno. Regresó a la infancia.
Recuerdos explotan en su memoria.
Los juguetes, el risas, amigos, sus observaciones, divagaciones…
Tan pequeña y tan soñadora.
Recuerda los pájaros que cantaban, las nubes que corrieron y las figuras que se formaban.
No se pudo compartir con nadie, pensaban que era una tonta, una tonta.
Los juegos infantiles se seguían en tranquilidad con hermanos y amigos de alegría y relajación
En esta fase de transformación, la inocencia es reemplazada por el conocimiento, por las ilusiones, por los ideales de libertad y el deseo de tomar más vuelos.
La poesía, la música, el arte y la política tomaron sus días siempre con mucha pasión por todo lo que se esforzaron por hacer.
Sueños, ilusiones, ocurrieron con frecuencia y también se desvanecieron como por encanto, ante las novedades que presenta la vida.
En este interin tuvo la experiencia y el contacto con filosofías y prácticas esotéricas, a partir de las cuales obtuvo e instaló en su ser el conocimiento trascendental de su inmortalidad y su capacidad para ejercer la tensión mental, a través de la fuerza del pensamiento , sobre la voluntad y las acciones de otras personas.
Las ciencias ocultas surgieron en su vida, describieron sus pasos y otras personas, actitudes.
En cierto momento se dio cuenta de que estaba interfiriendo con las actitudes de otras personas, llevando a ellas a hacer, por su inducción, lo que quería.
Ya era un Maestro en esta técnica.
Ella no estaba satisfecha consigo misma.
Repensado, verificó su error al interferir en el libre albedrío de los demás.
Se detuvo con todo.
Liberó a otros de su influencia, porque vio cuán falible e imperfecta era cuando se trataba de amor y desapego.
La conciencia de lo que es el verdadero amor ha hablado más fuerte. Solo entonces, el Maestro realmente se ha convertido.
Siguió la edad adulta como otras personas, con éxitos y fracasos, se casó , tuvo hijos y aceptó y luchó, honestamente por sus anhelos y por lo que el destino le tenía reservado cada día. Fue feliz, sufría, reía, lloraba, amaba y era amado.
Tuvo recuerdos de sus viajes anteriores a la Tierra y entendía por qué su existencia actual.
Y al final y solo después se realizó.
Era un ser solitario en la búsqueda constante de crecimiento y evolución.
Ahora estaba preparado para un nuevo tránsito…