El derecho a ser distinto

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Pedro Rivera Jaro

He leído un artículo de Álvaro J. San Juan, acerca de un libro que ha escrito y que ha titulado "Grandes maricas de la historia" y que me ha descubierto algo que desconocía. Él declara ser homosexual y habla también de grandísimos personajes de las ciencias, de las artes, de la literatura y de la historia, y explica la condición de homosexuales de estos hombres del pasado, que yo desconocía, salvo en el caso de alguno de ellos como por ejemplo, Alejandro Magno. 
   
Yo desconocía que Miguel Ángel Buonarotti, Leonardo da Vinci, William Shakespeare, Isaac Newton, Hans Cristian Andersen, Botticelli, Miguel de Cervantes, George Washington, Tchaikovski, fuesen  homosexuales.
   
Tuvieron que disfrazar su homosexualidad, porque las sociedades donde vivían no toleraban lo diferente, y porque para la intelectualidad cristiana lo “normal” era ser hetero.
 
   Dice el articulista que a lo mejor habrá niños o jóvenes que un día lean su libro, y verán que no están solos. Si él cuando era solamente un niño, hubiera conocido que todos estos grandes hombres eran como era él, y como sigue siendo, o sea homosexuales, se hubiera sentido acompañado, mucho mejor de cómo se sentía.
 
   Voy a contaros una vivencia de cuando yo rondaba la treintena. Sería más o menos el año 79, tal vez el 80, en un barrio de Salamanca, que se llama Tejares. Acabábamos de pesar en la báscula pública un camión Pegaso de 4 ejes, que habíamos estado cargando con mercancías destinadas a una fábrica de los alrededores de Madrid. Eran como las once de la noche y entramos a tomar unas cervezas en el Bar Esteban, antes de irnos a cenar cada uno a su casa. 
 
Al entrar observé que tres chavalones como de 20 años estaban acosando e insultando a otro chico de edad aproximadamente igual. Me interesé por el asunto y les pregunté qué era lo que ocurría. 
 
Los acosadores me dijeron que se metían con él porque era mariquita y le llamaban despectivamente Marijose, aunque el nombre suyo era José. 
 
Yo entonces me interpuse, y les dije que no tenían ningún derecho, porque eso no era un motivo para que maltrataran a aquel muchacho. Entonces uno de aquellos tres acosadores me gritó que seguramente yo también era otro maricón, y que por eso le defendía.
 
 Lo que siguió a continuación no puedo contarlo aquí, solo puedo decir que Esteban, que era el propietario del bar, intervino y me rogó que parase la pelea. 
   
Así lo hice, y el por su parte echó a la calle a los tres acosadores. 
 
El muchacho gay me dio las gracias con mucho sentimiento, y me dió un abrazo de agradecimiento antes de marcharse para su casa.
 
Eran los días en que empezaban a notarse cambios relacionados con las libertades en todos los ámbitos de España y afortunadamente hoy están arraigados en nuestra sociedad, pero es que el mundo es muy grande y tiene muchas partes donde se siguen sometiendo a los diferentes. Hay en marcha una gran revolución en Irán por las libertades de las mujeres. 
 En Qatar donde se celebró el Mundial de fútbol, siguen ajusticiando a los homosexuales, alegando que tienen la mente enferma. 
 
¿Qué nos pasa a los seres humanos que no somos capaces de respetar al otro, solo porque sea diferente a nosotros? 
 
Todo el mundo tiene derecho a ser distinto, eso sí, respetando a su vez a los demás.
Vive y deja vivir es un lema que toda mi vida he practicado y, que forma parte de mis principios básicos.

Sobre el autor/a

Pedro Rivera Jaro

Nació el 24 de febrero de 1950 en Madrid, España. Jubilado con estudios de Empresariales, Marketing y Logística. Dedicado por afición a la narrativa y poesía. Jurado en el Concurso Cultural FECI/INTE, participante en el Libro Versos en el Aire, con el poema ¿A dónde va?
Concurso Villa de Lumbrales XXII, de la Asociación de Mujeres.
Concurso de Editora Ex Libric, con el trabajo 48 Palabras.
En 2023 escribió, mano a mano con la autora Silvia Cristina Preysler Martinson el libro, en español y portugués, Cuatro Esquinas - Quatro Cantos.

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