Silvia C.S.P. Martinson
no dejó nostalgias,
ni alegrías no resueltas.
De los sueños, quimeras perdidas,
de las ilusiones, amores, almas partidas,
de los días gloriosos y soleados
¡y de las Estaciones se apropió!
De las diurnas, matutinas explosiones de colores,
las luces y sombras consigo guardó.
¡Se apoderó de la palabra,
del sonido, del verso, de la expresión,
del arte, de la maestría y del amor...!
Y de todo se lo llevó, lo escondió, lo hurtó.
Nos dejó el cuerpo, el Poeta,
pálido, exangüe, sin vida...
¿Y el alma? El alma nos la robó,
sigiloso, llevándose en su esencia
la inspiración, la luz, el brillo,
la alegría, el amor, la nobleza
y también, dolorosamente: se llevó la Poesía.
¿A nosotros? ¡Ninguna sonrisa ni mirada!
¡Ninguna! … En la partida. En la despedida.