Arnaldo es el personaje

A

Alvaro de Almeida Leão

Traducido al español por José Manuel Lusilla

Doce comerciantes de una galería comercial, en un barrio de la ciudad, solo Arnaldo —63 años bien vividos, buena salud, trabajador abnegado, con una familia bien estructurada; esposa, hijos y nietos— no va bien en los negocios, por más que se esfuerce.

Poco después de su jubilación como pequeño empresario en la industria del calzado, Arnaldo inauguró su tan soñado despacho de representaciones con sede propia.

Adivina cuántos negocios, en tres meses, Arnaldo logró cerrar, en un parámetro de hasta veinte.
¿Pensaste ya? ¿Tienes tu respuesta? ¿Sí? Pues creo que te equivocaste.

Otra oportunidad. ¿Tienes un nuevo cálculo? ¿Sí? ¿Cuál? Lo siento, creo que tampoco acertaste.

Última oportunidad. ¿Cuántos? Aún supongo que estás errado. Entonces, solo queda decir cuántos. ¿Puedo hacerlo? Declaro, para los debidos fines, que Arnaldo, en tres meses de trabajo, no cerró un solo negocio.

Entonces, ¿de qué vive Arnaldo? De cinco apartamentos, tres casas, cuatro locales en un centro comercial y nueve plazas de estacionamiento, todos relativamente bien alquilados. Dos jubilaciones: una del régimen general de seguridad social y otra por un contrato privado anterior. Inversiones en efectivo en carteras bancarias y acciones en sociedades anónimas.

Por este perfil, es natural suponer: Propietario de inmuebles de uso habitual u ocasional en la ciudad, la sierra y el mar. Bien financieramente, pero no realizado, ya que su empresa no despega.

Arnaldo conocía las dificultades iniciales cuando fundó su empresa actual, ya que no tenía un producto que sirviera de punta de lanza en las ventas. Sin embargo, está convencido de que pronto revertirá la situación: Está cerrando un contrato de representación exclusiva para todo el estado de un producto inédito, de uso esencial y con amplia divulgación en todos los medios de comunicación.

Cada colega comerciante siente por Arnaldo una mezcla de tristeza y orgullo. Tristeza porque no concreta los negocios que tanto desea y orgullo por su apurado sentido de responsabilidad.

Algunos comerciantes más cercanos se sienten con la confianza de bromear, con respeto y en buen tono, acerca del comercio de Arnaldo, planteando cuestiones como: negocios versus rentabilidad, cómo atiende solo a tantos clientes, cuándo abrirá una sucursal, o noticias sobre las merecidas vacaciones futuras, entre otras del estilo.

A Arnaldo no le falta tenacidad en la dedicación al deber. Admirador de la puntualidad británica, cumple religiosamente con su horario de trabajo, aunque sus clientes insistan en no presentarse.

Una tarde, al sentir un fuerte dolor de cabeza, Arnaldo decide hacer algo que jamás había hecho: Ausentarse del trabajo en horario comercial. Sin embargo, necesitaba comprar un medicamento en la farmacia cercana. Cuidadoso por naturaleza, elabora un cartel en la computadora y lo pega en la puerta de su tienda con el siguiente mensaje:

"DISCULPEN LA AUSENCIA,
VOLVERÉ EN CINCO MINUTOS."

Arnaldo se esfuerza en cumplir lo prometido. Un minuto antes de que el tiempo se agote, regresa y encuentra el cartel modificado con anotaciones escritas con bolígrafos por algunos de sus colegas comerciantes, en letras de molde. Ahora se lee:

"DISCULPEN LA AUSENCIA,
VOLVERÉ EN CINCO MINUTOS.

— ¿Para qué? ¿No estás cansado por hoy?
— Yo no regresaría.
— ¿Para qué tanta prisa? Igual no harás nada.
— ¿Y las vacaciones, ya están programadas?
— La vida no es solo trabajo.
— Dos clientes estuvieron aquí. Volverán mañana, sin falta.
— Apenas saliste y el teléfono no paró de sonar.
— Ausentarte no fue buena idea. Fue fatal."**

Al leer el texto modificado, Arnaldo, algo contrariado, es consolado por sus colegas, quienes le aseguran que solo era una broma y que no lo tomara a mal. Esa tarde recibe palmadas en la espalda y sinceras palabras de aliento: "¡Adelante! Eres un ejemplo para todos nosotros, felicitaciones por tu perseverancia".

Siempre firme en la batalla, un mes después, el "futuro cercano" de Arnaldo llegó. Ni siquiera necesitaba ser tan exagerado como resultó (aunque muy bienvenido).

Con el contrato firmado, las excelentes ventas del nuevo producto trajeron solicitudes de industrias consolidadas para que Arnaldo las representara. La clientela actual también es obstinada: insiste en no dejar de crecer.

Con el progreso surgió el dilema de dónde los clientes estacionarían sus autos (la galería no cuenta con garajes). La solución fue que Arnaldo adquiriera un excelente terreno de 40x120 metros en la esquina de la cuadra donde está su empresa (importante tener reservas financieras) y lo convirtiera en un amplio estacionamiento. ¡Qué buen terreno, ideal quizá para un futuro edificio, nuevo hogar de la empresa de Arnaldo!

El tiempo para progresar nunca caduca. "¡Qué hermoso! ¿Alguien ha dicho eso? Si no, lo digo ahora".

La sede propia de la empresa de Arnaldo, de buen tamaño, se adaptó a la necesidad de contratar a cuatro empleados. La empresa crece cada día. El flujo de clientes circulando por la galería comercial aumentó en un cien por ciento, generando mayor facturación para todos los comerciantes, que ahora sonríen de oreja a oreja.

Todo este éxito repercute no solo entre los comerciantes de la galería comercial, sino también en el barrio en general. La dedicación de Arnaldo fue merecidamente recompensada.

En Navidad, todos los comerciantes de la galería y sus familias se reúnen para celebrar la magna fecha con Arnaldo, en un club especialmente abierto para el evento festivo.

Arnaldo es constantemente acariciado por sus dedicados familiares, amigos y clientes. Comida y bebida de lo más apetitoso. Alegría general e irrestricta.

En un momento, los once colegas comerciantes anuncian que brindarán con champaña en homenaje a Arnaldo, utilizando conceptos previamente seleccionados cuyas iniciales forman una frase significativa. Con sus copas en alto, proclaman brindis por:

Amor, Razón, Naturaleza, Acción, Labor, Deber, Orden, Ética, Oferta, Coraje, Amistad, Remisión y Arrojo.

El resultado, con todos los presentes de pie, emocionados, brinda a la salud del querido y amado Arnaldo y de toda su honrada familia.

 

Sobre el autor/a

Álvaro de Almeida Leão

Nacido en Campina Grande - Paraiba; gaucho por adopción. Jubilado de Banrisul. Graduado en Administración de Empresas y Contabilidad por la UFRGS. Autor de los libros "Ensaios" y "Humor Para o Mau Humor" Fue miembro del periódico Letras, órgano oficial del Instituto Portugués de Cultura. Es miembro de antologías publicadas por organizaciones culturales del Estado. Es miembro efectivo de la Sociedad Literaria Partenon y miembro de su Consejo de Administración; miembro del Instituto Portugués de Cultura; de la Casa do Poeta Rio-Grandense y de la Casa do Artista Caponense en Capão da Canoa, RS. Académico de la Academia Internacional de Artes, Letras y Ciencias de Cruz Alta RS, de la Academia de Letras de Brasil Sección RGSul y de la Academia Luso-Brasileña de Letras de la RGSUL. Palmarés: Diploma de Honor al Mérito; Medallas; Trofeo Aldo Coimbra concedido por la Asociación de Empleados Jubilados de Banrisul - Elegido por la Editora Revolução Cultural como Escritor del Año en la Feria del Libro de Porto Alegre en 2019; Mención Caldre y Fiao del Partenón Literario y Mención Personalidad Internacional 2023 de la Academia Internacional de Artes, Letras y Ciencias de Cruz Alta RS; Participa anualmente en el Concurso Literario FECI CAPOLAT de la Confreira Marinês Bonacina. Actualmente es bicampeón del concurso FECI CAPOLAT, Oro en 2022 y Trofeo en 2023.

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