Silvia C.S.P. Martinson
En la tarde gris que ahora transcurre, es cuando las personas caminan por las calles. Hay una luz que se refleja en cada mirada.
Y al ver pasar tanta alegría, la tristeza se desvanece. En los cuerpos, todo se convierte en paz y armonía.
Los hombres se preocupan, mientras los niños olvidan sus juegos favoritos para correr por las calles solitarias.
Así es. Así pasa.
Un día más en la vida.
Como el tiempo, que, por caminos donde los hombres ni imaginan, llegará al final de su recorrido, dejando tras de sí pequeñas alegrías y grandes preocupaciones sin importancia; en realidad, sin disfrutar la belleza de vivir cada día, de sonreír, de amar y de ser feliz.