Memorias

M

Silvia C.S.P. Martinson

El viejo caminaba por la calle como lo hacía todos los días. Sin embargo, en esa mañana de un cielo azul y sol radiante, las personas que, al igual que él, caminaban por allí, le parecían más alegres y felices.

No se había dado cuenta de que, mientras caminaba, los recuerdos de tiempos pasados afloraron ininterrumpidamente en su mente.
Eran memorias de su infancia, cuando vivía feliz e inocente en la casa de sus padres. Aquella casa estaba ubicada en el barrio más alejado de la ciudad.

El tranvía, el medio de transporte para quienes no tenían automóvil –y eran pocos los que lo poseían–, llegaba solo hasta algunos kilómetros antes de su casa. El resto del trayecto debía hacerse a pie, caminando bajo el sol, en días nublados o con lluvia y frío.

Con el crecimiento y expansión de la ciudad, esta situación cambió con los años.

Hoy en día, la población ha aumentado, al igual que los medios de transporte y comunicación, los cuales se han vuelto accesibles para la mayoría de las personas.
También con el progreso –y esto lo observaba el viejo– han surgido algunos inconvenientes, como el aumento de la delincuencia e inseguridad, que ya no permitían a la gente caminar despreocupadamente por las calles como antes.

Mientras caminaba, le surgieron nuevos recuerdos, como aquellos de cuando aún era niño. Se acordó de la casa donde vivía, que tenía un terreno que iba de una manzana a otra, con casi 100 metros de extensión.

En aquel terreno había árboles frutales ya adultos y grandes, como perales de diversas variedades y caquis, cuyos frutos, además de ser muy dulces, si su jugo caía sobre una prenda y no se lavaba de inmediato, quedaba manchada de un color óxido para siempre.
Había también parras de uvas blancas, rosadas y negras, con las que su madre preparaba jugos y deliciosos postres en el verano.

Había papaya, naranjos, limoneros y mandarinos, todos dando sus frutos. Recordó que sus padres cultivaban hortalizas y flores de las más diversas variedades.

Otro recuerdo que le vino a la mente fue el gallinero que había en el fondo del patio, donde criaban gallinas y un gallo cantor que lo despertaba cada mañana. Su padre recogía cada día varios huevos, que se guardaban en una cesta de paja en la cocina para su consumo posterior.

En aquella época no había duchas eléctricas, y el agua del baño se calentaba en el frío invierno en un gran fogón de leña, donde enormes ollas y un hervidor se dejaban hasta llegar al punto de ebullición. En su casa, recordó, había grandes tinas de aluminio en las que cabían él y su hermano, que servían exclusivamente como bañeras y que estaban colgadas en ganchos en el baño, que, sin duda, su madre mantenía siempre impecable.

La casa era sencilla, de madera, pero acogedora. Tenía dos habitaciones, una sala de entrada, otra más grande de estar, una amplia cocina y un baño.

Fuera de la casa había un gran cobertizo donde se guardaban una nevera de hielo comprado a un vendedor que pasaba semanalmente, así como la leche que adquirían del lechero, quien todos los días la vendía en la puerta de su casa.  Además de todo eso, allí se guardaban las herramientas de su padre.

Y así, caminando, recordó también al vendedor de pescado que pasaba todas las mañanas temprano frente a su casa gritando:
—¡pez pin! ¡pez pintado! ¡bagres y dorados! ¡pescado fresquito! ¡Compren para el domingo!

Con estos recuerdos aflorando en su mente, el viejo regresó, caminando lentamente, al final de aquella hermosa mañana a su casa, pensando si al día siguiente nuevos recuerdos volverían a su memoria, trayéndolo la alegría de rememorar tiempos y momentos tan agradables que había vivido.

Y pensó: "La vida es larga e inesperada. No sabemos lo que sucederá mañana, así que seré feliz ahora..."

Sobre el autor/a

Silvia Cristina Preissler Martinson

Nació en Porto Alegre, es abogada y actualmente vive en El Campello (Alicante, España). Ya ha publicado su poesía en colecciones: VOCES DEL PARTENÓN LITERARIO lV (Editora Revolução Cultural Porto Alegre, 2012), publicación oficial de la Sociedad Partenón Literario, asociación a la que pertenece, en ESCRITOS IV, publicación oficial de la Academia de Letras de Porto Alegre en colaboración con el Club Literario Jardim Ipiranga (colección) que reúne a varios autores; Escritos IV ( Edicões Caravela Porto Alegre, 2011); Escritos 5 (Editora IPSDP, 2013) y en español Versos en el Aire (Editora Diversidad Literaria, 2022).
En 2023 publica, mano a mano con el escritor Pedro Rivera Jaro, en español y en portugués, el libro Cuatro Esquinas - Quatro Cantos.

Síguenos