Pedro Rivera Jaro
Leo en un artículo en “20MINUTOS” que explica la asistencia al foro “Información y Desinformación en el Metafuturo” de un Ministro del actual Gobierno de España, y varios reconocidos periodistas.
Se critica la mentira que se extiende en forma de bulos por las redes sociales. Otro de los periodistas carga mas el problema en las medias verdades, puesto que inducen a creencias falsas.
Joaquín Manso opina que vivimos una etapa en la que la mentira se ha institucionalizado, a diferencia de lo que ocurría en etapas anteriores, puesto que ahora la mentira se utiliza como herramienta y con ostentación.
Por último, Ignacio Escolar opina que en el futuro se conseguirá corregir el uso de las mentiras, aunque compartió que ahora las mentiras son mas difíciles de detectar y combatir, porque somos una sociedad sin anticuerpos ante la mentira.
Después de escuchar todas estas opiniones, yo me pregunto: ¿Cómo puede nuestra sociedad mantenerse fuera de la mentira, si nuestros principales líderes, sin querer detallar nombres y apellidos, (aunque se me vienen a la cabeza algunos muy conocidos e importantes), prometen en sus campañas políticas una serie de cosas que harán, y otra serie de cosas que nunca harán si consiguen el poder, pero cuando lo alcanzan hacen lo contrario de lo que prometieron?
Esto supone un ejemplo nefasto de indignidad y falta de escrúpulos, que el pueblo llano (usted y yo) aprende a tomarlo por costumbre, lo mismo que ocurría en los años del plomo, que llegábamos a ver con normalidad los asesinatos terroristas efectuados por los asesinos de ETA, por el simple hecho de que los cometían con total habitualidad. Hasta que llegó un detonante que hizo saltar a toda España a la calle para protestar contra ETA, y fue cuando el asesinato de Miguel Ángel Blanco provocó el hartazgo de todos los españoles de paz, orden y justicia.
Ahora yo pregunto a todos los españoles de a pie, los que nos dedicamos a llevar una vida digna y a enseñar a nuestros hijos todos los principios que a su vez nos transmitieron nuestros padres, ¿Cuándo vamos a echarnos a las calles nuevamente para pedir que cese la desvergüenza de aquellos que no tienen respeto por la verdad y solo llegan al poder para aprovecharse del pueblo trabajador y honesto que compone la mayoría de nuestra ciudadanía?